SEGURIDAD CASA BLANCA PUESTA EN RIDICULO


SANTO DOMINGO.-Mientras algunos lo celebran como un chiste y otros lo ven como un acto de osadía por dos personas ansiosas de codearse al más alto nivel o de una manera de obtener una celebridad efímera pero gustosa, o quizás mientras ellos cuelgan en facebook sus ya famosísimas fotografías, lo cierto es que la intromisión de Michael y Tarke Salahi, al acto más importante del año de la Casa Blanca, hará que el Departamento de Seguridad y organismos de inteligencia estadunidenses sean llamados a capítulo y tengan que responder importantes preguntas.



Esta intromisión no será vista por mucho como un chiste, sobre todo sabiéndose que el presidente Barack Obama es el hombre más cuidado de la nación, y sabiendo que pesan sobre él los cúmulos de odio más grandes del planeta por grupos extremistas que se resisten a creer que un negro esté enclavado en la Casa Blanca.
Y es que aún muchos no se explican cómo esta pareja pudo burlar la supuesta seguridad más grande del mundo, andar por los pasillos de la Casa Blanca como si estuviesen en cualquier otro sitio, tomarse fotos con celebridades del mundo de la política, de Hollywood y millonarios de la màs alta calaña, y pasar inadvertidos, como unos invitados más.

Y es que esta pareja de excéntricos estuvo en el acto más codiciado e importante de la élite de Washington, en la primera cena que daba Obama. Eran 335 los invitados. Pero no contaban con la astucia de dos que demostraron que se puede entrar a la Casa Blanca como “Pedro por su casa”.

Sin estar invitados, Michael y Tarke, se colaron y le dieron manos a actores famosos, posaron junto al segundo hombre más importante del mundo, pudieron sentir el glamour, olfatearon qué perfumes tenían gente como el cineasta Spielberg, el alcalde Bloomberg, el señor Powell.

Para unos es cuestión de seguridad y descuido, para otros, cuestión de astucia al más alto grado. Lo cierto es que hay que darle un cien a ellos y un cero a la seguridad de la Casa Blanca, a la que de seguro la pondrán en cuarentena por unos días para que no permitan de nuevo a intrusos entrar como Pedro por su Casa.

Para ellos, los intrusos, burlar la seguridad será un deleite, pero para los encargados de la seguridad del presidente, una vergüenza,algo que hará que les “jalen las orejas”. Y es que de la sublimidad a la ridiculez, hay un paso, perdón, dos intrusos.

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