Periodistas de Telemicro en Haití: Pablo Luís Santana

12:32

pablohaiti“Cuando veo un niño pidiendo me acuerdo de aquella niña haitiana”

SANTO DOMINGO.-Habla y mientras su voz hace acto de presencia, se va marchando, como buscando acercarse a algo que no son más que recuerdos de una tragedia inimaginable.

Lo que va a describir, de lo que va hablar, se puede especular que será de algo doloroso. Por eso quizás usa una voz suave. No mira a los ojos de su interlocutor, los evade. Mientras está como escarbando entre las imágenes que más le impactaron de su viaje a Haití, a Pablo Luís se le torna la mirada triste.

“Ese viaje a mí me marcó. Hay un antes y un después en mi vida”. Pablo Luís Santana, periodista de Telemicro, fue como parte de un grupo de ayuda a llevar comida, algo que tanto se necesitaba.

“Es fuerte mirar a gente empujándose para alimentarse. Recuerdo a un anciano de unos 70 años, que estaba temblando y llorando con una cuchara en la mano. Llevaba tres días sin comer”, afirma el joven periodista.

La imagen de aquel anciano tratando de comer es de las que más permanece en la memoria del periodista Pablo Luís.

Pero hay otras: “una niña que tenía tres días también sin comer. Tenía su plato en la mano, es una imagen dramática Esa imagen me persigue. Su mirada perdida. Es algo que no podré olvidar nunca” dice tristemente el entrevistado.

A esta altura de la conversación, a Pablo Luís le da un bajón el alma. Sigue relatando, y contando y habla de que es más deprimente observar la angustia de los vivos que a los muertos tendidos.

“Vi a niños que iban como si nada estuviese pasando. Había un ambiente triste, desolador. Vi un niño que perdió a su madre, un padre que perdió su hijo, tantas personas que perdieron familiares, cosas”.

Así fue que se le perdió la alegría a Pablo para los próximos días que regresó de Haití. Aquello que había dejado atrás, tenía tanta fuerza desde el punto de vista existencial que le había robado un poco de fuerzas y le dado otra visión de la vida.

“Vine mirando las cosas de la vida de manera distinta. Ya no preocupo por cosas que me preocupaban. Ni a la comida le doy ya mucha mente. Con cualquier cosa que como me siento satisfecho”, expresa el reportero de Telemicro.

Y es que Pablo Luís vio mucha gente con varios días de hambre, y su perspectiva ahora con la comida es distinta.

Más que los muertos, los edificios destruidos, a Pablo Luís lo lastimaba y lo laceraba esa angustia que veía en los vivos.

“había una mujer con una niña de meses siendo mecida en una turba mientras procuraba conseguir comida afanosamente”….Esa sola imagen le es suficiente para afirmar que donde estuvo será un escenario que como ser humano y periodista no se le olvidará jamás.alt

El antes y el después de un viaje a Haití es inevitable. El descenso a ese infierno que produjo el terremoto el día 12 de enero para el periodista Pablo Luís Santana, establece un antes y después en su vida a raíz de su viaje a Haití. Y es que a Haití, Pablo Luís fue, vio, sufrió y también reportó.

En la memoria de muchos de los que vieron lo del terremoto habrá un terremoto con año y cifra de muertos, en la de otros, edificios derribados, pila de cadáveres, turbas de gentes deambulando y saqueando, en la mente de Pablo Luís habrá siempre una niña con un plato de comida en la mano.

“Cada vez que veo una niña o niño pidiendo en las calle, me recuerdo de aquella niña”.

A continuación la entrevista:

¿Cómo defines tu viaje a Haití?

Como la experiencia más impactante que he tenido en mi joven carrera profesional.

alt¿Cuáles imágenes fueron las más fuertes que viste en Haití?

Vi muchas imágenes que me impactaron, pero entre todas, resaltan dos que nunca las olvidaré: la de una señora con un niño de meses recibiendo empujones en una fila para poder obtener una ración de alimentos.

Y la otra, la de dos niñas de menos de 10 años que tenían dos días que no habían comido absolutamente nada, eso resultó bastante chocante para mi en ese momento.

¿Dormiste bien la primera noche después de haber estado en Haití?

En realidad no. Creo que esta tragedia me convirtió en un antes y un después. Nunca en mi vida había observado algo similar, sobretodo como reportero.

¿Qué piensa un periodista cuando está frente a un acontecimiento de esa magnitud?

En el campo profesional, te sientes bien porque tienes frente a ti la oportunidad perfecta de realizar un importante trabajo para el público, pero en el aspecto humano o sentimental, uno se siente marcado, sobretodo cuando eres una persona humanitaria con los demás.

¿En el tiempo que estuviste allá la ayuda internacional estaba fluyendo?

En mi caso, me tocó vivir la distribución de alimentos y honestamente solo vi la repartición dominicana en todas las localidades haitianas que anduve, con la excepción de unos hindúes que pertenecen a una organización internacional que reparte comidas en zonas de desastres.

Había mucha comida y ayuda internacional, pero el problema era que no se estaba distribuyendo a los hambrientos haitianos de este terremoto.

Qué siente al ver un cadáver si viste alguno?

No vi ninguno en esta cobertura. Pero sí lugares donde todavía permanecen niños y ancianos enterrados bajos los escombros.

¿Qué viste en el rostro de los haitianos? Cómo crees que reaccionaron ante el dolor?

Mucha desesperación, desolación y angustia. Y añadiría impotencia, especialmente en esos centros de refugiados.

Creo que reaccionaron como yo…cuando quieres ayudar a alguien y no puedes porque tienes en tus manos la solución.

¿Cambia la forma de ver la vida después de ver una tragedia de la magnitud de Haití?

Por supuesto, desde ese día no soy el mismo. He aprendido a contentarme con lo que Dios me da cada día. Muchas veces nos quejamos con lo que tenemos y no nos miramos en el espejo de otros que no encuentran ni siquiera una migaja de pan. Esos rostros de esos hermanos haitianos con tres días sin comer, como los que vi en Puerto Príncipe, jamás en mi vida las olvidaré.

¿Hay una imagen, una escena que puedes calificar como la más dolorosa e impactante?

Sí, la que dije anteriormente de las dos niñas de menos de 10 años que tenían dos días sin comer, haciendo esa larga fila para obtener una ración de alimento.

¿Se piensa en Dios cuando se observa tanto dolor y tragedia?

En mi caso sí, ya que creo en El (Dios). Pensé porqué El permite que sucedan cosas así en el mundo, sobretodo un país como Haití, donde la suerte y la misericordia de Dios han escondido su mirada.

¿Qué ibas pensando cuando entrabas a Haití?

En realidad pensaba que me encontraría con decenas de muertos en las calles de Puerto Príncipe, ya que me gusta cubrir noticias donde haya impacto, pero no fue así…todo lo contrario, me encontré con personas vivas, hambrientas, heridas, desilusionadas y con deseos de que una mano les ayudara.

¿Qué ibas pensando cuando salías de Haití?

En los cientos de miles de haitianos que perdieron su techo, su trabajo, sus bienes y lo más doloroso, los que perdieron la vida de un familiar cercano como una señora que me dijo que perdió a una hija y a su padre, los cuales aún están enterrados en los escombros.

¿Se siente un respiro dejar atrás el desastre o se siente más pena saber que se deja tantas personas con dolor?

Las dos cosas. Te sientes aliviado y calmado cuando cruzas la frontera hacia este lado y ves la diferencia entre estos dos pueblos en la actualidad. Pero también uno se siente triste y acongojado al ver como estas personas ya no vivirán igual jamás en sus vidas.

En realidad no se como a pesar de esta tragedia, todavía he escuchado personas en nuestro país hablando mal y diciendo toda clase de improperios contra los haitianos.

¿Qué sentimientos afloran cuando se ve el dolor de los demás de manera tan cerca?

Impotencia, interrogantes…¿porqué? ¿Cómo?, tristeza, desconsolación…

¿¿Se puede ser imparcial ante el dolor?

Creo que no. Siempre serás parcial de un lado u otro, aunque se trate de disimular.

En este caso no voy a esconder que a la hora de hacer mis reportajes, pensaba más en el plano humanitario como otros de mis compañeros que también cubrieron la tragedia, que el aspecto periodístico profesional.

¿Es difícil contar una historia para la televisión o hacer un reportaje con un tema de tanto dolor?

No es difícil, solo tienes que tener pendiente que eres la persona que le contará a millones de habitantes de un país lo que ocurrió en otro, aunque te ve marcado por la experiencia como en mi caso.

En mi joven carrera profesional, ni en mi vida completa, jamás había visto algo igual.

Si tuvieras que ir de nuevo a Haití, ¿cómo te sentirías?

Estaría más relajado porque ya se a que me enfrentaría y sobretodo que el episodio trágico de esta catástrofe ya pasó, aunque las fuertes consecuencias se sentirán de ahora en adelante.

Será bien difícil que Haití pueda levantarse de esta tragedia.

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