WASHINGTON.- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, espera que el Congreso pueda llegar a un acuerdo sobre el presupuesto para evitar una parálisis gubernamental.
Tras una reunión con el portavoz de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, y el líder del Senado, el demócrata Harry Reid, Obama admitió que los dos partidos siguen sin ponerse de acuerdo sobre los gastos públicos.
“No estoy preparado todavía para expresar un optimismo desenfrenado, pero creo que hemos avanzado. Lo que espero es que pueda anunciar a los ciudadanos americanos relativamente pronto (durante la tarde de hoy viernes en Europa) que hemos evitado una paralización del Gobierno”, declaró.
Estados Unidos tiene como plazo hasta medianoche del día de hoy para llegar a un acuerdo. Si sus políticos no lo lograsen, el Gobierno comenzaría su cierre, algo que no ha ocurrido en los últimos 15 años. Implicaría la suspensión de pagos de aproximadamente 800.000 funcionarios “no esenciales” con sus consecuencias para un amplio rango de servicios gubernamentales, como el cierre de parques nacionales, el procesamiento de declaraciones a Hacienda o servicios de pasaporte, entre otros.
Ni Obama ni Reid indicaron exactamente qué temas obstaculizan el acuerdo. Sin embargo, el demócrata Dick Durbin, el número dos del Senado, dio a entender que los políticos ya no discuten la reducción del déficit, sino que están debatiendo policy riders (provisiones añadidas a la ley sobre la financiación gubernamental que tratan de temas ajenos a los gastos públicos, como las regulaciones medioambientales o fondos públicos destinados a “Planned Parenthood”, una organización que aconseja sobre los embarazos y proporciona servicios médicos que incluyen el aborto). “Parece que el debate ya no se centra en la reducción del déficit, sino que, en realidad, ha involucionado. Ahora discutimos sobre cuestiones de política que no tienen nada que ver directamente, quizás incluso ni indirectamente, con el presupuesto o el dinero vamos a gastar”, comentó Durbin.
Boehner, por su parte, declaró que estaban muy cerca de un acuerdo y que seguirían “trabajando durante la noche para intentar resolver las diferencias pendientes”. El presidente Obama añadió que la falta de un acuerdo “podría dañar gravemente a la recuperación y la creación de empleo. Hemos estado trabajando muy duro durante los últimos dos años para arreglar la economía. Fracasar porque los partidos son incapaces de trabajar juntos es inaceptable”.
Tras una reunión con el portavoz de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, y el líder del Senado, el demócrata Harry Reid, Obama admitió que los dos partidos siguen sin ponerse de acuerdo sobre los gastos públicos.
“No estoy preparado todavía para expresar un optimismo desenfrenado, pero creo que hemos avanzado. Lo que espero es que pueda anunciar a los ciudadanos americanos relativamente pronto (durante la tarde de hoy viernes en Europa) que hemos evitado una paralización del Gobierno”, declaró.
Estados Unidos tiene como plazo hasta medianoche del día de hoy para llegar a un acuerdo. Si sus políticos no lo lograsen, el Gobierno comenzaría su cierre, algo que no ha ocurrido en los últimos 15 años. Implicaría la suspensión de pagos de aproximadamente 800.000 funcionarios “no esenciales” con sus consecuencias para un amplio rango de servicios gubernamentales, como el cierre de parques nacionales, el procesamiento de declaraciones a Hacienda o servicios de pasaporte, entre otros.
Ni Obama ni Reid indicaron exactamente qué temas obstaculizan el acuerdo. Sin embargo, el demócrata Dick Durbin, el número dos del Senado, dio a entender que los políticos ya no discuten la reducción del déficit, sino que están debatiendo policy riders (provisiones añadidas a la ley sobre la financiación gubernamental que tratan de temas ajenos a los gastos públicos, como las regulaciones medioambientales o fondos públicos destinados a “Planned Parenthood”, una organización que aconseja sobre los embarazos y proporciona servicios médicos que incluyen el aborto). “Parece que el debate ya no se centra en la reducción del déficit, sino que, en realidad, ha involucionado. Ahora discutimos sobre cuestiones de política que no tienen nada que ver directamente, quizás incluso ni indirectamente, con el presupuesto o el dinero vamos a gastar”, comentó Durbin.
Boehner, por su parte, declaró que estaban muy cerca de un acuerdo y que seguirían “trabajando durante la noche para intentar resolver las diferencias pendientes”. El presidente Obama añadió que la falta de un acuerdo “podría dañar gravemente a la recuperación y la creación de empleo. Hemos estado trabajando muy duro durante los últimos dos años para arreglar la economía. Fracasar porque los partidos son incapaces de trabajar juntos es inaceptable”.
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