DOMINICANADA. POR JOAQUIN JIMENEZ MAXWELL


Nunca he estado inscrito en ningún partido político; ni siquiera en el Dominicano de Trujillo, por mi condición de menor de edad. Y las razones están justificadas en la repulsión que me producen los políticos de ocupación, en especial los ex-trujillistas, ex-comunistas, ex-boschistas, ex-reformistas, ex-perredeístas y los ex-serios. Soy un respetuoso admirador y promotor de las enseñanzas políticas del profesor Juan Bosch; pero también un frustrado ciudadano que sufre estoicamente la deslealtad moral, cívica, social y política que practican precisamente los hijos partidarios del ex-presidente Constitucional más honesto que ha pasado por la República Dominicana. La última vez que visité una urna electoral fue en mayo de 1996, porque desde entonces he estado convencido de que todos los candidatos, en sus condiciones de políticos de ocupación, son iguales. No obstante, cuento con mis políticos preferidos: quizás entre más de 5 mil, mis apuestas están a favor del Director General de Aduanas, licenciado Miguel Cocco Guerrero; Jaime David Fernández, Secretario de Medio Ambiente y el honorable señor Secretario de Educación, Bellas Artes y Cultos, Melanio Paredes. Dice un refrán popular: "dime con quién andas y te diré quién eres". ¿Cuáles son las convergencias que unen en el mismo punto a estos tres prestigiosos ciudadanos? Los tres son políticos de vocación, fieles a las enseñanzas morales y políticas que les inculcó el profesor Juan Bosch, sinceros boschistas de corazón, jamás han pensado engancharse a políticos de ocupación y sobre todo, han demostrado un sincero desprecio a las oportunidades que en bandeja de plata ofrecen los cargos públicos; los cuales convierten a un indigente proletario en multimillonario en sólo 30 días. Por ejemplo: ¿Qué hubiese sido de nuestras aduanas, precisamente en el momento que la República Dominicana exhibe el más alto índice delincuencial a todos los niveles, sólo comparado con Colombia, Guatemala, México y Miami y se descubre, precisamente que la dotación de la marina en la provincia Peravia era uno de los más grandes centros del narcotráfico en nuestro país? Jaime David Fernández, frente a su ministerio, en menos de 60 días, ha hecho un trabajo que en más de ocho años la Secretaría de Medio Ambiente no pudo realizar; y peor aún, el joven político de vocación y catorcista de corazón, ha tenido que enfrentarse a políticos y generales ladrones inmobiliarios y de bienes raíces, con cierta indiferencia gubernamental. Inesperadamente, como un terremoto político categoría 8 en la escala de Richter, la prensa nacional publica la noticia de que el Secretario de Educación, Bellas Artes y Cultos renuncia al derecho ya establecido de la administración del contrato de abastecimiento del desayuno escolar. Y como motivo argumenta que él es un educador profesional; pero que no cuenta con tiempo ni capacidad para ser administrador alimenticio. ¡Cuanta honestidad! Para todos aquellos ciudadanos, víctimas de las abusivas y compulsivas contribuciones que nos ha impuesto la dictadura política, desde 1966 hasta la fecha, y que contemplamos impotentes cómo el calor de la corrupción política quema nuestras más remotas posibilidades de una mejor calidad de vida, es una verdosa esperanza saber que aún en nuestro país existen por lo menos tres funcionarios como los que nos ocupan. Desde el año 1994 hasta nuestros días, dentro de una cultura parasitaria, nuestros políticos de ocupación, con el único propósito de asignarle un sueldo a cada uno de sus vagos partidarios, han anarquizado el número de Secretarías de Estado, a nivel de asignarles hasta más de una docena de sub-secretarios a cada una, de las más de 20. Durante más de medio siglo, la Secretaria de Estado de Salud Pública y Asistencia Social no sólo fue la responsable de la distribución del desayuno escolar a nivel nacional; sino de la administración de todas las lecherías públicas, guarderías infantiles y asilos. En ninguna parte de la razón social de la Secretaría de Estado de Educación, Bellas Artes y Cultos aparece el término: y de Asistencia Social. Es decir, que pasar la administración y responsabilidad del suministro del desayuno escolar a la Secretaria de Educación, tuvo que ser una mañosería de algún ministro de turno.Me permito vaticinarle al honorable educador dominicano, señor Melanio Paredes, que no sólo por su evidente desinterés material; sino por su capacidad profesional, su vocación de educador y sus principios cívicos, pasará a la historia como el más grande Secretario de Educación, en los últimos 50 años de la República Dominicana y como el único funcionario público, desde el 1964 hasta nuestros días, que renuncia a los derechos ya establecidos para la administración de un contrato como el referente al desayuno escolar, con un costo aproximado de $18 millones de pesos diariamente, sólo en el suministro de la leche; que si lo multiplicamos por los 20 días hábiles de clases suman 360 millones cada mes, que al año escolar (de nueve meses) arroja un total aproximado de $3 mil 240 millones. Si calculáramos una conservadora comisión de un 10%, ¿quién se negaría como suplidor a recibir $1 millón 800 mil pesos diarios? Amigo lector, no le he narrado un sueño; sino una cívica realidad, que ojalá como reflexión sea tema de oración para aquellos políticos que asisten a las misas dominicales de la Catedral, o la capilla del Palacio Nacional, pero que violan diariamente el principio democrático creado por el profesor Juan Bosch: "Servir al partido para servirle al pueblo".j.maxwell@codetel.net.

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