El terror ha golpeado Bruselas
este martes con una serie de explosiones que ha afectado el aeropuerto y
una estación de metro y ha causado al menos 26 muertos —11 de ellos en
el aeropuerto y 15, en el metro— y más de un centenar de heridos, según
la autoridad de transportes en la capital belga. Otras fuentes elevan la
cifra de víctimas mortales a 34.
El Gobierno de Bruselas ha cerrado todas las líneas de transporte público.
"Temíamos un ataque terrorista y ha sucedido", ha afirmado el primer ministro belga, Charles Michel, en una comparecencia pública junto al fiscal general belga, Frédéric Van Leeuw. "Hubo dos explosiones en la zona de salidas [del aeropuerto], una de ellas probablemente causada por un ataque suicida", ha indicado el fiscal.
Una doble explosión en el área de salidas del aeropuerto de Bruselas-Zaventem (Bélgica) poco antes de las ocho de la mañana ha causado víctimas mortales y provocado el cierre de las instalaciones y la cancelación de todos los vuelos. Apenas hora y media más tarde, se ha registrado una nueva explosión en el metro de Bruselas, en la estación de Maelbeek, muy cerca de todas las instituciones europeas. La estación ha sido clausurada.
El primer ministro no ha precisado aún el número de víctimas. Michel ha asegurado que la policía "está tratando de estabilizar la situación", además de desplegar a las fuerzas de seguridad, entre ellas el Ejército, en lugares donde "aún existe preocupación" de que pueda haber problemas. El gobernante belga, con corbata negra, ha hablado de tragedia y ha instado a los ciudadanos a permanecer "unidos y solidarios".
Van Leeuw ha confirmado que uno de los ataques del aeropuerto ha sido perpetrado "por un kamikaze" y ha hablado de "heridos graves", sin más concreción. La policía federal, encargada del caso, se centra ahora en averiguar quiénes son los autores y si alguno de ellos se ha podido dar a la fuga, ha asegurado Van Leeuw. También ha explicado que la policía ha tenido que realizar un trabajo enorme en esa explanada de salidas porque, tras la deflagración, todos los viajeros han huido y dejado abandonados los equipajes. Y la prioridad era, en ese momento, asegurar que ninguna de esas maletas pudiera contener explosivos. "Ponemos todo de nuestra parte para normalizar la situación", ha asegurado el fiscal. La cadena pública RTBF ha informado de que la policía ha encontrado un rifle Kaláshnikov en la zona de salidas.
Testigos
citados por medios belgas apuntan que en el aeropuerto se oyeron gritos
en árabe antes de las detonaciones. Después de las explosiones, dos
estudiantes de enfermería que partían de viaje de estudios a Lisboa recorrían a pie el camino que separa el aeropuerto de la carretera, donde esperaban ser recogidas, informa Álvaro Sánchez.
"Hemos oído dos fuertes explosiones y salía polvo y humo. Una compañera
nuestra se ha ido en ambulancia herida en una pierna", han afirmado aún
asustadas. En un momento se han detenido y el horror ha aparecido en la
cara de una de ellas mientras miraba la pantalla de su móvil: "¡En el
metro también!", ha dicho en referencia a los ataques en el suburbano
bruselense.
"Estaba en la fila para registrarme y he escuchado una explosión. He visto humo y he visto a personas correr hacia la salida. Ha habido una segunda explosión mucho más cerca de mí después", ha explicado un testigo de los hechos a RTL. "Se ha ido todo el mundo del aeropuerto con pánico, la mayor parte de las personas han dejado sus maletas allí. Los coches han sido evacuados", ha asegurado. El servicio de trenes al aeropuerto ha sido suspendido.
Las explosiones en Bruselas se producen cuatro días después de la detención en Bruselas del yihadista Salah Abdeslam, huido tras los atentados del 13 de noviembre en París, que provocaron 130 muertos.
Varios
países han reforzado al máximo las medidas de seguridad en los
aeropuertos y han cancelado vuelos. Tras las explosiones, la frontera
por carretera y tren entre Bélgica y Francia ha sido cerrada, informa el
diario francés Libération. Y la red europea de trenes de alta
velocidad Thalys —con conexiones entre París y Bruselas, Colonia y
Ámsterdam— ha anunciado que ha interrumpido por completo sus trayectos.
La compañía Eurostar, que conecta por tren Bruselas, París, Londres y
Lieja, entre otras ciudades, ha cancelado sus servicios con origen o
destino en la capital belga. Las instituciones de la UE están en nivel
naranja de alerta, las reuniones han sido suspendidas y solo se permite
el acceso a los funcionarios identificados.
La alerta antiterrorista en Bélgica se encontraba en el nivel 3, pero después del atentado de este martes el Gobierno la ha elevado al 4, el máximo, que ya estuvo activado entre el 21 y el 25 de noviembre de 2015. Entonces, el primer ministro belga, Charles Michel, advirtió de la posibilidad de que se produjera un atentado similar al de París. El nivel actual indica la existencia de "una amenaza posible y creíble".
El Gobierno de Bruselas ha cerrado todas las líneas de transporte público.
"Temíamos un ataque terrorista y ha sucedido", ha afirmado el primer ministro belga, Charles Michel, en una comparecencia pública junto al fiscal general belga, Frédéric Van Leeuw. "Hubo dos explosiones en la zona de salidas [del aeropuerto], una de ellas probablemente causada por un ataque suicida", ha indicado el fiscal.
Una doble explosión en el área de salidas del aeropuerto de Bruselas-Zaventem (Bélgica) poco antes de las ocho de la mañana ha causado víctimas mortales y provocado el cierre de las instalaciones y la cancelación de todos los vuelos. Apenas hora y media más tarde, se ha registrado una nueva explosión en el metro de Bruselas, en la estación de Maelbeek, muy cerca de todas las instituciones europeas. La estación ha sido clausurada.
El primer ministro no ha precisado aún el número de víctimas. Michel ha asegurado que la policía "está tratando de estabilizar la situación", además de desplegar a las fuerzas de seguridad, entre ellas el Ejército, en lugares donde "aún existe preocupación" de que pueda haber problemas. El gobernante belga, con corbata negra, ha hablado de tragedia y ha instado a los ciudadanos a permanecer "unidos y solidarios".
Van Leeuw ha confirmado que uno de los ataques del aeropuerto ha sido perpetrado "por un kamikaze" y ha hablado de "heridos graves", sin más concreción. La policía federal, encargada del caso, se centra ahora en averiguar quiénes son los autores y si alguno de ellos se ha podido dar a la fuga, ha asegurado Van Leeuw. También ha explicado que la policía ha tenido que realizar un trabajo enorme en esa explanada de salidas porque, tras la deflagración, todos los viajeros han huido y dejado abandonados los equipajes. Y la prioridad era, en ese momento, asegurar que ninguna de esas maletas pudiera contener explosivos. "Ponemos todo de nuestra parte para normalizar la situación", ha asegurado el fiscal. La cadena pública RTBF ha informado de que la policía ha encontrado un rifle Kaláshnikov en la zona de salidas.
"Estaba en la fila para registrarme y he escuchado una explosión. He visto humo y he visto a personas correr hacia la salida. Ha habido una segunda explosión mucho más cerca de mí después", ha explicado un testigo de los hechos a RTL. "Se ha ido todo el mundo del aeropuerto con pánico, la mayor parte de las personas han dejado sus maletas allí. Los coches han sido evacuados", ha asegurado. El servicio de trenes al aeropuerto ha sido suspendido.
Las explosiones en Bruselas se producen cuatro días después de la detención en Bruselas del yihadista Salah Abdeslam, huido tras los atentados del 13 de noviembre en París, que provocaron 130 muertos.
La alerta antiterrorista en Bélgica se encontraba en el nivel 3, pero después del atentado de este martes el Gobierno la ha elevado al 4, el máximo, que ya estuvo activado entre el 21 y el 25 de noviembre de 2015. Entonces, el primer ministro belga, Charles Michel, advirtió de la posibilidad de que se produjera un atentado similar al de París. El nivel actual indica la existencia de "una amenaza posible y creíble".
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